En diciembre 2019 la mayoría escuchamos como a miles de kilómetros China lidiaba con el COVID-19, tomando medidas de cuarentena y hasta construyendo hospitales en tiempos increíbles. Para bien de la mayoría este virus no cambiará sus vidas y la baja mortalidad de menos del 5% genera mucho optimismo.

La mayor preocupación que tengo ya con tres meses de observar el efecto sobre la paralización de la economía, la producción y el empleo, inicialmente en China luego en países como Italia, España donde la población es puesta en cuarentena, es que esta semana es el turno de Latinoamérica.

Hoy 16 de marzo nos llega a nosotros como costarricense la mala noticia que nuestras fronteras se cierran a extranjeros, lo cual es inquietante si consideramos que en 2016 represento 8% del PIB según estudio del BCCR, y que en este sector se concentran muchas comunidades fuera del área metropolitana, es un efecto en cadena que se agrava y que veíamos venir al tener cancelaciones de reservas por la paralización mundial del turismo y la incapacidad de contener el COVID-19.

        

Al dar seguimiento al comportamiento de los mercados financieros y el pánico en la bolsas de valores principalmente la de Estados Unidos con un S&P 500 en ($2.386), mi preocupación se hace cada vez mas angustiante, empresas quiebran, no tenemos liquidez en los mercados, la económica entra en estancamiento debido a que las personas reducen su consumo y la producción esta detenida.

El crudo el cual según expertos relacionan con indicadores de dinamismo en las económicas entra en un juego político que reduce su valor a $29.91, mientras que los costos sacaran de mercado a muchas empresas y llevaran a ajustar la carga fiscal de economías dependientes del petróleo.

      

Respuesta natural de un gobierno

Recientemente el poder ejecutivo presenta un proyecto de ley para posponer el pago del impuestos y cargas sociales, que benefician al flujo de efectivo, para ayudar al sector privado y prevenir que en las próximas dos semanas al no poder soportar los costos de operación, se genere desempleo y más ansiedad en toda la población.

        

Segundo semestre de 2020

.

En mi análisis considero que la presión en los costos de operación de pequeñas empresas se extenderá durante los próximos seis meses, como país se buscará estabilizar un mercado que tendrá baja demanda de consumo, producto del desempleo local, se tendrá que esperar al turista extranjero para recuperarse y al resto de la económica mundial para volver a ofrecer sus productos.

Aquellas personas físicas o jurídicas con endeudamiento en su mayoría necesitaran adecuar sus deudas, y es de esperar una clase política pidiendo mas impuestos para cubrir el costo del sector público que a diferencia del privado no tendrá despidos.

Es un buen momento para establecer nuevas estrategias, adaptarse al mercado, ser solidarios con sus empleados y las familias, vigilar que el gobierno aplique políticas publicas en beneficio de la mayoría, sin duda creo que este 2020 afectara los beneficios y estabilidad económica de un gran número de empresas y personas costarricenses si se postergan las decisiones en el corto plazo.